Caja de Sorpresas
18 de noviembre de 2009
por camellote
Resulta gracioso estar sin saber qué hacer en tu cuarto y decides ordenar un poco lo que es en realidad aburrimiento disfrazado amablemente de un extraño afán de limpieza romper papeles, tirar cosas viejas, mover otras
en fin, se trata de pasar el rato. Pero eso es hasta que encuentras una caja de zapatos que no veías en años, que ocupaba un rincón olvidado de tu cuarto, de un cajón, de una caja, entelarañado con polvo y hasta con hongos.
Y en ese momento, en el que distingues la caja de la oscuridad que la circunda sonríes y te sientes curioso y piensas en milésimas de segundo todo lo que contiene ese baúl mágico, esa caja donde guardaste tantas sorpresas que fueron, y que se mantendrán en tu espacio mental como recuerdos.
Chucherías como leí, objetos que se hicieron parte de mi historia en este mundo, momentos que me hicieron reír, suspirar, carcajear, llorar, maldecir quizá o simplemente recuerdos gratos de algún pasaje de mi caminar en estas tierras. Postales que la gente te dio el día de tu cumpleaños, donde te llaman por tu apodo, pero te dejan saber que te quieren mucho y te recordarán siempre. Carnés de universidad, institutos, biblioteca, tarjetas de pago, la libreta militar
aquellos documentos que te dieron identidad y presencia en alguna base de datos. Sorprendiéndote los observas, mirando con espanto los cortes de pelo que te manejabas o lo gordo o flaco que estabas: ta que feo me digo
¿y así salía a la calle?, o una carcajada que delata la ignorancia de la que eras parte en esos ratos por no verte al espejo con detenimiento.
En esas cajas también llegan a caer objetos que te regaló alguna persona especial, algún detalle que consideraste digno de pertenecer a ese rincón oscuro donde decidiste esconderlo. Un juguetito, una flor bien muerta
por lo general objetos descoloridos y malolientes. Un diente de leche que el maldito ratón nunca recogió y lo odiaste porque pensabas que se había ido de viaje, pero además porque se había ido con tu plata. ¡ Ladrón !
Siempre te arrancan una sonrisa, te hacen recordar, soñar otra vez, ver nuevamente cuando tu enamorada a los 12 te dio el primer beso o el primer lapo por querer besarla (para el tema cualquiera de las dos opciones cuenta). El boleto de la película que te sirvió de trampolín para lograr el primer paso con la linda chiquilla que por fin aceptó la invitación.
Cierras la caja y te olvidas de ordenar más, ya pasaron dos horas recordando, perdón, limpiando y ya te dieron ganas de dar una vuelta.