Danae
La intensidad de un recuerdo nos puede transportar a un mundo donde se hacen difusos los límites entre la realidad y los sueños.
Ese recuerdo se va sumergiendo, por agotamiento, en lo más recóndito de nuestra conciencia, como si ya no formara parte de ella. Parece como si lo hubiéramos expulsado.
Todo esto lo has expresado divinamente en tu texto, Camellote.
Un enorme abrazo para ti!!!
12/11/09 10:11