La intensidad de un recuerdo nos puede transportar a un mundo donde se hacen difusos los límites entre la realidad y los sueños.
Ese recuerdo se va sumergiendo, por agotamiento, en lo más recóndito de nuestra conciencia, como si ya no formara parte de ella. Parece como si lo hubiéramos expulsado.
Todo esto lo has expresado divinamente en tu texto, Camellote.
Un enorme abrazo para ti!!!
12/11/09 10:11
Será que en nuestros sueños viajamos, nos visitan... vivimos, amamos, nos reencontramos... será que en sueños los recuerdos que tenemos sellados en nuestros corazones danzan al son en ellos...
Me gusto Camallote!!!
Saludos
13/11/09 09:11
Exprimimos nuestra inconsciencia para provocar el recuerdo de algo que ya no es más. Sin querer evocamos tiempos pasados para sentir nuevamente, aunque ya no queramos hacerlo.
Somos así.
Gracias.
13/11/09 05:11
Un sueño que quiere vivir
Salir y volver a caminar
Aun sin pies
Arrastrarse quiere.
Las manos de un ángel nunca pierden
Los recuerdos nunca dejan de vivir
Morirán cuando las heridas cicatricen por completo
Aun así no dejaran de existir porque recuerdos son.
Lindo!!!
me encanto mucho. :)
14/11/09 04:11