Con que mágica cadencia mueves tus caderas, como marcándole los tiempos a las miradas que me robas llena de una enfermisa premeditacion. Me descubro descubierto y por esconder mis mas bajos instintos levanto la mirada y en ese momento tu pecho breve pero erguido me encuentra. Dibujandote con besos me sueño.
Atónita contemplas mis virtuales caricias como si jamas tu cuerpo las hubiera sentido, el corazón obligando al cuerpo a la invasion se come metro a metro las aceras y tu con un rostro de profunda desesperacion abordas un camión.
Adiós hermosa, prometeme jamas dejar de caminar pues cada paso mas nos acercara...