Diario de un Enamorado I (la
Noche Está Vacia...)
La noche está vacía, y desde un lugar remoto de mi habitación, recuerdo todo aquello que la cicatriz que arde en mi me muestra que fue real, los grillos tocan su melodía como tal gallo canta por la mañana al día siguiente, Pues bien la siguiente historia, parece ser muy remota, pero en realidad hace cuestión de dos o tres años que sucedió:
Yo era un chaval normal, vivía en mi casa como cualquier chico normal, con su padre y su madre como cualquier chico normal, eso sí, tenía un hobby que desde muy pequeño siempre había despertado grandísimo entusiasmo y adrenalina en mí, es tan sencillo como meter una pelota dentro de una portería con once jugadores defendiéndola, en efecto eso es el futbol.
Pero no es eso precisamente lo que quería ir a contar, yo tenía quince años si, era un chaval alegre, algo tímido pero hacía amigos con sorprendente facilidad, me gustaba mucho aprender, escuchar y admirar a la gente que se lo ganaba, a veces veía a gente como admiraba a otras personas por cualquier hecho cual fuese; su dinero, su fama, su pareja, su situación en la vida
Me asombraba la capacidad de que un pequeño muchachito como yo, tuviese esas ganas de admirar, y cuando llegaba a casa del colegio, buscaba todas las maneras posibles de aprender a admirar. Mi madre me decía, que admirar es algo que te mostrará la vida, alguien por el cual sientas tanta admiración que tengas que estar pensando en esa persona a cada segundo.
