Se escapan las horas
Intentando retener mi alma
Como el avaro que su fortuna atesora
Como el loco que ahoga la calma
Acariciando el opaco cristal
Con mi puño cerrado al lado
Con la férrea voluntad
De romperlo para liberar lo ansiado
"¿Qué es?", digo mirando al espejo
Manchándolo de lágrimas y de sangre
Para evitar el auténtico reflejo
Aquello que de mi corazón nace
Extiendo mis manos impregnadas del fresco aroma
Que sale de las entrañas, del deseo preso
De la niña pequeña que se asoma
Para vivir la vida que por fin le concedo