Marchitas flores aquellas a las que no les da la luz
Que necesitan para crecer, para brillar
Sin darse cuenta de su cruz
Aquello que llevan con pesar
Sus pétalos dan más sombra que paz
Su tallo es pesado como la pena
De la que huir ninguna es capaz,
Presas voluntarias de esa condena
Y es que necesitan el agua,
de una sonrisa inocente,
de una caricia que sana
Que les dé la fe para creer en el presente
Marchitas flores aquellas que huelen a perfume,
fragancia sagrada que no valoran
esencia que a todas ellas une
poder que todas ignoran
Pero las lágrimas del corazón y del alma
riegan la tierra donde las flores descansan
para poder lograr en ellas la calma
que no encuentran allá donde se hallan
