Te quería un poco, es cierto.
He pasado los días conectado a ti, como una sombra errante.
Me he lamentado de tu lejanía.
He vivido en tu propio cuerpo.
Me he desesperado por tu falta.
He tocado tu pelo en la oscuridad.
He sentido el roce de tus dedos, invisiblemente.
Eras como el aire, continuamente cerciorándote de encontrarte cerca.
La última vez que pude verte, también fue la primera, te había desconocido hasta el momento.
Eras totalmente antinatural y perfecta. Te amé en ese mismo instante.
Que importa.
Es cierto, te quería un poco. Pero ahora ya te has ido.
Adiós, belleza.
La belleza no se va, está siempre en todas las cosas que nos rodean. Es como Dios -de hecho es mi Dios- y está en todas partes, pero hay que encontrarla.