Te miro mientras duermes abrazada a las almohadas, y mi corazón late al ritmo de tu respiración, miro también tu expresión de paz, tus labios entreabiertos y tu cabello rubio derramado sobre las sabanas.
Te amo cuando ríes y cuando lloras, te amo cuando abres tus ojos hasta el momento que te dispones a soñar. Amo el suspiro que haces antes de dormir y tu risa dulce mientras te abrazo. Vives en mis pensamientos, y en mis pensamientos vive la ilusión de entregarte mis respiros, mis latidos y mi amor eterno.
Mientras duermes te noto inquieta, entonces tomo tu mano y beso la suave frialdad de tus pequeños dedos, me acerco a ti y acaricio tu frente mientras la calidez de tu aliento me embriaga, y me da vida con el dulce aroma que exhala tu paz dormida.
Te abrazo ángel mío, beso tu frente una y otra vez, deseando absorber tus miedos y borrar las pesadillas que inquietan tu ilusión nocturna. Pienso en el amor, mientras tu respiración marca el ritmo de tus sueños, pienso en la vida que me diste al llegar a mi mundo, pienso en los segundos desperdiciados que fallecieron en vano lejos de ti, pienso en el frio de las noches que pase lejos de ti, y en todo este amor que siempre tuve sin saber a quién dárselo hasta que llegaste.
Mientras duermes, me aferro a tu aroma silencioso que invade mis sentidos, me aferro a tu imagen de ángel dormido, me aferro a tus palabras incompletas y caricias infinitas, me aferro a la ilusión de la mañana, en la cual no tendrás pesadillas y al despertar cruzaremos miradas, nos abrazaremos como cada día y me dirás papá, te quiero
