MaÑanas
Encerrado en el agujero con los dedos mas que tensos, acariciando el parálisis como sordos deambulamos. No importa que rincón ataque, pero siempre somos sometidos al látigo de uno de ellos y ahora que observo, son ocho. La defensa contraataca y el cálido colchón te abraza para no dejarte ir.
El piso frío me da miedo, y el cálido ventanal curiosidad. ¿que habrá mas allá del arcoíris? ¿que habrá mas allá de las paredes? ¿que habrá mas allá de acá?.
Mirando el techo siento que se me viene encima, ya casi me apreta y mis pies bajo el manton comienzan a transpirar. No es fácil respírar. No es fácil abrir los párpados ni cerrar. No es fácil mirarse al espejo, ni que hablar. Pero algo hay que hacer, Ahí viene el techo.
El piso helado ahora es agua y las paredes un ahogo, esquivo el zumbido de aquel rincón y aquí me quedo tieso, es hora de levantarse.
