La ilusión se instaló de nuevo en su persona, despertando viejas sensaciones largamente aletargadas, algunas de las cuales creía definitivamente postergadas al nebuloso recuerdo del pasado. Llegarian los nervios, las decepciones y los disgustos, seguro, pero ahora se encontraba estimulado para dar rienda suelta a todo su potencial, se sabía perfectamente preparado y capacitado para afrontar este desafío tan prometedor e interesante, y esa era, tal vez, la mejor noticia.