No importa que el agua rodee el cristal y la dulzura tu voz, si no se le encuentran latidos al corazón, es difícil levantar la mirada. Se pinta de grises el cielo, la tristeza ya sucumbe bajo el suelo, mis palabras son tan crueles y reales hoy como la vida misma, mucho mas que una cara desdibujada que se quiebra en la oscuridad, desde aquí siento tu dolor, ni mas pequeño, ni mas grande, estamos tan cerca y a la vez tan lejos aunque suena a frase trillada es la verdad, con ganas de bajar a verte, o con ganas de subir a verte, como espíritu danzante que muere por tus besos o como huesos que se levantan de entre los muertos.
Te siento distinta, tus palabras ahora se entrecortan, se que me extrañas por igual, tu afligida todavía y yo queriendo devolverte la sonrisa, se torna violenta la brisa, percibo gotas que se filtran como dagas asesinas, una mezcla de lágrimas y lluvia que marcan tu partida.