robot estudio sentimientos cuento capitulo4

Robot ( Capítulo 4 Problemas Amorosos)

El robot volvió al piso de Sergio muy de mañana con la memoria llena de información que le fue diciendo al chico mientras él lo anotaba todo en un cuaderno.
Cuando toda la información estuvo traspasada y la memoria otra vez lista para llenarse; Sergio y Luz salieron a la calle, en busca de más trabajo para el robot.

Las calles estaban desiertas y no se oía ni un alma.
Sergio iba sumido en sus pensamientos y no se fijó en una muchacha solitaria que caminaba de camino al colegio, con los libros apretados contra su pecho, ni tampoco en que el robot se acercaba a ella y caminaba a su lado mientras emitía su extraña voz.

-Noto que te ocurre algo, muchacha.-Comenzó sobresaltando a la chica con su voz-¿Cómo te llamas?

La chica miró a Luz que hizo una especie de sonrisa en su piel metalizada.

-Me llamo Eveline, pero me suelen llamar Eve-Respondió la muchacha con inseguridad.-¿Quién eres?

-Me llamo Luz y te puedo ayudar en tu problema, si me lo dices.

Eve miró detenidamente al robot y al sentir que alguien estaba dispuesta a ayudarla y a escucharla decidió contarle lo que le ocurría.

-Luz, aléjate de ella.

Eve miró detrás de si y vio a un joven apuesto que miraba con dureza al robot.

-Ella no te va a aportar nada, una jovencita no puede tener sentimientos claros, no vale la pena.

Luz miró a Eve y percibió lágrimas en sus ojos. Se acercó a Sergio y lo apartó de un golpe seco, haciéndole retroceder bastante terreno.

-Nadie es demasiado joven para tener sentimientos, pero algunos son demasiado tercos para entenderlo.-Diciendo esto se acercó a la chica y la rodeó con su pesado brazo metálico.-Cuentame

. . .

Sergio, aún cabreado por el comportamiento del robot, estaba intranquilo cuando Luz volvió junto a él y se puso histérico cuando el robot empezó a hablar.

-No odies, Sergio, no sabes qué es odiar. ¿Sabes qué le pasaba a esa jovencita?
No, claro que no lo sabes, pero yo te lo diré:
Ella ama a un chico que no parece corresponderla. Ella odia a un chico al que conoce... o más bien cree odiar porque en el fondo ella sabe que siente algo importante y fuerte por éste otro chico.

Sergio miró al robot enfurecido.

-¡No quiero saber que le pasa a esa chica, no es tu trabajo ayudar a criaturas que ni siquiera saben distinguir lo que sienten, que no saben si aman u odian!-Gritó.

-Te equivocas, ella sabe lo que siente pero no quiere admitirlo porque teme poder perder, o no llegar a tener nunca al primer chico.
Eso no es confundir sentimientos, si no camuflarlos.

Sergio se paró en seco. Un recuerdo leve había llegado a su mente, tenue pero suficiente para hacerlo cerrar los puños con fuerza.

-Eso es, Sergio- Dijo luz, parándose a su lado- Tu pasaste por algo parecido, pero en tu caso nada sucedió porque nada intentaste hacer. Ella tiene posibilidades de no cometer el mismo error que tu, pero está en su elección, no en la mía, ni en la tuya. Tu elegiste cuando te tocó y no puedes cambiar eso ni pretender que alguien tome la decisión que tu no llegaste a tomar.

El chico se sorprendió al notar como una lágrima bajaba por su mejilla hasta su barbilla; no pensaba que el dolor durase tanto como para ahora, diez años después, sufrir por ello.

-El dolor se olvida, pero solo si lo tapas con algo, no se olvida por si solo.
Vosotros, humanos, no podéis borrar algo así sin mas, necesitáis taparlo con algo y ese algo... hay que esperarlo.