Esta noche me pregunto dónde quedaron tus promesas, quizás se las llevó este fuerte vendaval, quizás fuese la marea que provocabas por dentro quién las arrastró...
¿Por qué? Pregunta mi corazón, lo que queda de él. Tantos te quiero empaquetados al vacío, sin remitente, dime cómo devolverlos si pasó su tiempo. Alguien dijo que los para siempre duraban más, tú lo hiciste de hecho. Prometías ser diferente y has sido diferente. Ay mi vida... moría por tu forma de teñir de gris lo negro. Cuánto vacío en este pecho ahora aislado. Ahora perdóname, debo levantar mi alma de este frío suelo, más frío sin ti, amor.
El corazón sufre ineludiblemente, no solo por perder a la persona amada, también cada vez un fragmento de nosotros se va formando parte de ella. Volverán a teñir tu alma, tal vez con menos intensidad, a llenar ese vacío, a darle calor a tu alma. Y lo harán con voluntad de eternizarse, pero, es probable, que ese amor acabe llevándose otra parte de ti. Aprende a reconstruirte, aprende a ser feliz dando amor y no esperes demasiado. El umbral de lo ansiado determina la felicidad.
Muy hermoso tu texto, muy sentido, muy frío pero muy emotivo.
Un beso
Pep