Almas que anhelan ser amadas y enlazadas
En un cielo escrito por promesas olvidadas
Unos ojos que como el fuego encandilaban a todo aquel que con ellos se toparan
Oídos, que envueltos en piel cartilaginosa tatuada, nerviosos escuchaban
Te quiero, le dijo susurrando
Y ella contestó, no te escucho, dilo más alto
Te amo como nunca amé a nada
Tú sanaste cada herida que sangraba
¿Cómo lo hiciste, con tan sólo una mirada?
Dime si tu corazón me miente o es verdad que me ama
¿O serás una bruja o una bondadosa hada?
Nunca lo supe, siempre fuiste tan rara...
Sus pupilas pedían auxilio gritando a viva voz
Que las salvara de ese mundo atroz
Sus carnosos labios se fundieron en un largo y apasionado beso
En el que pudieron comprender al fin, de que el amor debe ser libre y no preso.