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¿qué Somos Nosotros?

Sus dedos recorrían el alargado y fino instrumento de madera con ansia. Allanó el papel completamente blanco inútilmente. Los pelos del pincel se desplazaban sobre el papel trazando una caricia de color. El pintor entrecerró los ojos para mayor concentración. Su pulso tembló pero su mano que manejaba aquel utensilio hacía maravillas en un vaivén apaciguador. El pincel acariciaba con infinita dulzura el papel, como si se tratara de un hombre que besara a la mujer de sus sueños. Se dejaba llevar por sus emociones y pintaba y pintaba. Algún curioso público se había acercado a sus espaldas en la plaza. Sentían casi la marea azul pintada, casi podían escuchar el chapoteo de las agitadas olas, casi podían oler la sal marina tan fuerte que causaba nauseas. Observaban los tranquilos movimientos del pincel que hacían cosquillas al papel y se adormecían como si los estuvieran acunando.

Sus pálidos dedos se encerraron en aquel objeto negro un instante para ajustarlo. Su voz se extendió por toda la sala: bajita, tímida, fría. Poco a poco iba cogiendo volumen, fuerza y confianza. El rasgueo del instrumento con cuerpo de mujer la acompañaba. La melodía era bonita. El público escuchaba el canto atentamente. Sus manos se deslizaban con naturalidad por la guitarra (sus dedos casi echaban chispas al tocar las cuerdas), como si hubiera nacido con ella, como si hubiera salido por el útero de su madre tocando la misma guitarra y cantando la alegría de su propio nacimiento, como si se complementaran. Cerraba los ojos mientras cantaba. Reina de ese hormigueo que sentía en el pecho al cantar. Cuando terminó, abrió los ojos y sonrió apretando tanto los labios que aparentaban ser una línea. Fue una sonrisa pícara, incluso malicioso: solo ella sabía qué significado tenía esa canción en su vida, porqué la había tocado y cantado y a quién iba dirigida.

Sus dedos se aferraban al alargado utensilio negro y amarillo de punta gris. Recorrían la hoja con rapidez. Estaba inspirado. Sentía una increíble sensación al redondear su letra, al imaginar su próxima aventura en el mundo de la ficción, al soñar con esa irreal relación amorosa, etc. Sus dedos sentían unos calambres de la emoción, del ansia de escribir, de inventar, de relatar, de vivir una segunda vida. Sentía que su vida giraba en torno a la literatura, forma de vivir otra vida, una que él podía manejar exactamente como le viniera en gana.

Sus dedos alzados en el aire se rozaron rápidamente. Y los volvió a bajar y dio un acertado salto en los aires. Sus pies se movían a toda velocidad al ritmo de la música. No sentía ya mareo al dar múltiples vueltas, ya no sentía dolor al ponerse de puntillas, ya no sudaba tanto al realizar los distintos movimientos. Se movía a la velocidad de la luz. Brillaba en el escenario como una estrella. Tantos años de práctica habían valido la pena, pero ella ya había nacido para ello.

Ahora la gran pregunta: ¿Qué es el arte en realidad? El arte no es un hobbie, no es una pasión, no es una secta a la que te apuntas según cual te corresponda. NO. Es una forma de reír, de llorar. Es una manera de hablar, de escuchar, de susurrar. Es un lenguaje universal. Es una vida. Es tu aliado, tu siempre fiel amigo. Es una forma de expresarte, de vivir, de soñar, de imaginar y de amar. El arte no es racista, no es una competición. ES TU VIDA Y TU CORAZÓN. Y aunque seas pobre, que no tengas papel, un CD de música, una guitarra o un piano; nadie te podrá impedir cantar con los pájaros, bailar al son de la melodía del mar, pintar un mundo en tu cabeza o imaginar miles de historias. VIVE EL ARTE.

Compasdeamor20 de junio de 2010

2 Comentarios

  • Chrisgarcia

    Tiene unas cuantas palabras que el otro no, por ende es mas largo jeje
    Bueno, me gusta recordar, sobre todo, algo tan bonito.

    21/06/10 08:06

  • Compasdeamor

    gracias, Christian

    22/06/10 06:06

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