Nika. De todos nuestros días juntos, aun te escapas de mi memoria. Las viejas imágenes vuelven y me aplastan cuando recorro esta sobrevalorada ciudad, suma de vidas y errores pasados conviviendo con un presente que nunca llega.
La confusión de mis recuerdos dibujan tu figura con las sombras que proyectan. Aborrezco la vida propia que insiste en habitar los lugares que recorrí contigo y los ecos de las palabras incompletas pronunciadas por tu voz ausente.
Soy sólo otro triste portador de esta peste, la acumulación de todos los segundos anteriores a este me intoxican. Yme recuerdan, que alguna vez estuve vivo.
Un escalofrío funesto recorre mi espalda y escupe en mi rostro la amarga certeza de mi soledad. Que he vestido mi alma de este gris uniformante que anestesia mi mente y me entume el corazón. ¿Que soy yo sino un montón de penas que no caducan y lágrimas que nunca secan? Mi dolor más amargo es volver a soñar contigo.
Nika, te amé,
aún te amo.
Ene 21 de 1987:
Cuando entré en la habitación, ella aun me miraba. Había olvidado su propio nombre pero ya no interesaba. El último vestigio de calor de su cuerpo se extinguió junto al resplandor de su mirada. Cuando entré en la habitación Nika ya no respiraba, no pude salvarla.
Me gustaría decir que comprendí lo que hizo, que no eramos diferentes. Que no odiaba el deprimente silencio de una ciudad sin Veronika. Que no busqué por las calles lo que ya no tuve más.
Pero aquella noche el alivio a mi dolor brilló con resplandor púrpura bajo su mano inerte, susurrando la respuesta a mis deseos de muerte y mi agonía. Para abandonar esta vida y perseguir la tuya mientras flotabas ya muy lejos sobre el prosaísmo y las mentiras de todas las almas grises de una ciudad sin ti.
Cobijé el veneno contra mi pecho, el mismo que te había alejado de mí, para robarle una promesa de hacerme libre y el juramento de apagar mis latidos al lento ritmo del abandono.
Nika, ¿como abrazar tu alma sin abrazar tu pena? «Amor, no te apures en evaporar tu existencia» te suplico en mi recuerdo... Pero para mí, para nosotros ya siempre será tarde.
