Son días como los de hoy en los que me acuerdo de aquella tarde.
Era uno de esos días en el que cualquier mujer no le apetece arreglarse; ni maquillarse, ni peinarse ni nada. Dejé mis pinturas a un lado, me di una buena ducha, me vestí y me dispuse a salir a la calle pese a la que estaba cayendo. Chandal y pelo suelto..más simple imposible. Como de costumbre no llevé paraguas y no es porque sea tonta, pero me gusta sentir la lluvia caer y tener que correr para no mojarme. Recuerdo todo perfectamente, aquella niña con miedo a los truenos y tú carcajada al ver como esa niña lloraba mientras tu te acercabas a mí.
-Hey, vamos venga.
Tu peculiar saludo que en aquella temporada me ponía nerviosa. Era gracioso verme reaccionar al tenerte delante; las manos se me enfrían, los labios se me secan y no puedo estar quieta.
+ Dios, que pelos tengo joder -_-
- No digas tonterías, estas preciosa.
Y cosas tan pequeñas como esas son las que hicieron que me enganchara. Que me enganchara a tus besos, tu cuerpo, tu piel, tu ropa, tus ojos, tu boca y tu forma de ser conmigo y con los demás. Tu chupa negra, tus pantalones negros y converse negras fue lo primero que vi entre la multitud. Destacabas antes y destacas ahora. Siempre lo harás.
Tienes unos rasgos poco peculiares al resto de la gente, es fácil reconocerte. Me siento única al estar contigo; a ir por la calle y que al pasar, la gente se de vuelta para volver a verte. Como he dicho antes, destacas y siempre lo harás.