Una noche,
la Luna
se apareció,
Cuando
el monte,
De dolor
se quejaba...
La luna,
su cara apoyo,
sobre una
de sus faldas,
Y el monte
despertó,
Y sintió
húmeda,
su espalda
ancha.
Eran las
gotas
del amor,
De su luna;
La mas amada.
Pronto
le sonrió,
Y le pidió
que
jamas
le dejara,
La luna
se despido,
Y le juro
entregarle
cada mes,
su alma.
El monte
revivió,
Y de verde,
cada mes...
A la Luna
le acaricia
el monte,
Su cara.