Tristeza, tú que bailas entre el humo del cigarro
Y encuentras tu libertad entre las notas de jazz y de música clásica
Tristeza tú que te encierras en mi corazón por temor al llanto
Sin darte cuenta de que en él esta el esplendor de tu belleza arcaica
Tristeza, tú que conviertes las palabras en mala crianza
Que vives en el brillo de mis ojos, aunando su llanto y enojo
rescatando a mi ser
derruido, de una tierra falta de esperanza
Tristeza, tú que calmas e inicias mis demonios
Hoy es a ti, a quien dedico esta balada.
Que maravillosamente redactado. Muy bello. Saluditos