El anciano que gime
Y el niño que llora
El adulto olvida
Siempre olvida
Cuanto dolor de niño sufría
Cuantas órdenes desobedecia
Porque son cosas de niños se decía
El adulto olvida
Siempre olvida
Cuando de niño lloraba
Por criaturas que ignoraba que no existían
Cuando se murió su primera mascota
Y olvido ese mundo de fantasía
Cuando el alma estuvo rota
Y la mascara del suelo
Lloraba por no poder recomponer
Su estructura vacía
Pero eso ya el adulto
Olvida
Siempre olvida
Cuanto obtuvo su primera derrota
Y llorar no justificaba su huida
Entendió porque
El abuelo siempre gemía
Y entendió que ambos
Compartían
La misma medida
De todas las cosas
Pero el adulto olvida
Siempre olvida
Que ambos
Comparten la misma cuantía
De fragilidad
Inocua.
