Mientras Lucía cogía el tren iba pensativa, pensando en el porque día tras día volvía a casa derrotada tras doce arduas horas de trabajo, cuando siempre pensó que iba a ser escritora, pero sus sueños se esfumaron y la realidad le golpeó con el tiempo limitado para ir pensando en las facturas impagadas que le esperaban en casa, preocupada por si este mes podrá pagar a tiempo la factura de la luz, el gas o el agua.
Lucia estaba aislada en una esquina donde reflexionaba en el porque estar esclavizada en un círculo continuo entre el trabajo las deudas y la cama, si siempre sintió que era especial, hoy sabe que es alguien más con el mismo sino.
Lucia ya no es libre, y piensa sentada en la renfe que quizás nunca lo ha sido.