Debajo de la noche,
manto escarpado,
sostenido
tan sólo por los hilos
de nuestros recuerdos,
de cuando éramos felices
aún sin saberlo,
sin buscarlo
más que en
el frío del humo
que nos cobija de la mañana,
de esta lluvia de palabras
que se deslizan
como gotas sobre un pétalo,
suave,
calladamente,
como los besos
insomnes
que espantan el presente
de esta noche
sostenida en recuerdos