Allá fuera, retozan las palmeras en la brisa,
y cometas rutilantes asoman su cola
a la noche con su ígnea luz esquiva;
los colores, los sabores, los aromas
de la primavera florida, mariposas
que liban dulce néctar, danzarinas.
Allá fuera, el mundo que gira y gira,
la gris rutina que nunca perdona:
las aceras, las gentes, la prisa,
el trabajo, el transporte, las horas
perdidas; la vuelta, las compras,
la limpieza, el lavado, la cocina.
Acá dentro, se tejen recuerdos y cadenas,
el tiempo se detiene en triste condena,
se aúllan ausencias a la luna llena,
se erigen estatuas de piedra y arena,
se escancian sueños de vida plena,
se ama, se calla, se pena
Es hermoso ese intimismo que desborda los adentros. Esa implosión que hace, que nuestra esencia se derrame, mientras sigue el rumor de la vida cotidiana. Somos personajes anónimos en una novela épica, transitando senderos que a veces son caminos y otras veces surcos de dolor.
Has trazado unas sendas que transportan al lector a tus adentros y a tus afueras, las afueras son muy comunes a cualquier mortal, pero los adentros son íntimos, hablar de ellos a veces desgarra el alma, y a partir de ahí construyes tú la poesía, por eso resulta tan interesante y abrumadoramente bella.
Nunca me cansaré de leerte, y al mismo tiempo decir que para mí eres la mejor poeta que he leído, por que tu poesía es sincera, y tu forma de exponerla es mágica. No se como lo haces, pero consigues atraerme como la luz al insecto volador, creo que tu poesía es un fanal encendido en la más oscura noche.
De sobra está decir que me lo llevo, lo guardaré entre mis siete maravillas.
Un abrazo y un beso.
Bueno tambieén te dejo esta cancioncilla, para tus adentros.