Si me desnudara de todo lirismo
me quedaría expuesta a la mirada
del mundo y de sus veleidades.
Me vería atrapada en los anclajes
de sus ojos fijos, en su intrincada
red de mentiras y medias verdades,
en sus artificios y sus vanidades.
Le concedería el beneficio
de usurpar mis soledades,
y la última gota de mi sangre
ya no me pertenecería.
Si dejara de arroparme con mis versos,
¿qué me restaría de inocencia? Nada.
Pues esa voluptuosa complacencia
de saberse vestidor de mis adentros
haría del mundo mi amo y mi dueño.
Y yo no quiero ser esclava, sino liberta
que desvele el alma a quien entienda
que Poesía es mi mundo, y Arte, su meta.