No hubo mariposas de amor
pero sí seducción y deseo.
Cierto que no fue lo perfecto,
ni lo soñado. Ni en el verbo,
ni en el gesto, ni en los ecos.
Y sin embargo, fue honesto
e intenso el abrazo de dos
cuerpos. Piel con piel, beso
a beso, a un compás latiendo.
Y no hubo quien más recibió
ni quien no se dio por entero,
pues aunque no brotó un te amo,
sembraron sinfín de te quieros
en las caricias, en los silencios.
Hubo frenesí y ternura al ritmo
de tangos y boleros, se tañeron
todas las cuerdas, se prendieron
todos los fuegos. El juego, el rito
de los ancestros, gozado y sentido
sin vanas dudas ni arrepentimiento.
Una soledad con otra que se unieron
en cómplice y cálido ayuntamiento,
gestando hermoso y eterno recuerdo.
Con cariño, con pasión y con respeto.
Es verdad que no hubo más,
mas tampoco hubo menos.
Genial, tanto el escrito como la situación. Genial.
un abrazo
Antonio