Mañana, me levantaré temprano, y me pintaré una sonrisa
de rosa roja en mis labios, como ese beso
de buenos días que tanto extraño
Me despojaré de todo lo que me cubra,
como si fueras tú quien observara
mi desnudez a cada paso
Y cuando al fin lo esté, me contemplaré en el espejo,
como si fueran tus ardientes ojos
los que miraran arrebolado.
Pasaré mis manos sobre mi cabello, como si fueras tú
quien peinaras con tus dedos
mi pelo enredado.
Imaginaré tu deseo, y volarán mis recuerdos,
reencarnados en mi vibrar ante ti,
ante tu pálpito.
Y soñaré con tu cuerpo entregado al mío, el mío
al tuyo volátil y apasionado, prendado
de tus suaves labios.
Mañana sentiré de nuevo tu dulce presencia,
el roce de tu seda, el batir de tus alas,
el fuego de tu abrazo.
Y no me preguntaré por qué aún te amo,
aunque ya no sea amada,
o quizás nunca lo fui.
Simplemente, me dejaré fluir.
Dejaré libres mis ansias de ti, no pensaré en el pasado
salvo para volver a beber
de tu aliento cálido.
Y seré volcán de nuevo, seré tu lava, tu hembra encelada
aguardando que me aquietes
con tus aguas.
Tú serás mi lobo alfa, y yo la afortunada, la elegida
de entre toda la manada, la reina de tus aullidos
bajo la luna plateada.
Volveré a sentir ese hormigueo de mariposas ingrávidas,
contagiada de tus ganas, atracción fatal
que me hiela y me abrasa.
Mañana soñaré que la distancia no existe,
que el tiempo es pura entelequia,
y que me amas