Y volaron mariposas de pasión,
aladas emisarias del amor,
danzarinas, juguetonas, peregrinas,
abriendo las compuertas del deseo,
liberando las esencias transidas
por el celo de la ansiada entrega.
Abandonarse en abrazo vulnerable
mientras tiembla y se agita alma y piel,
gota a gota la resina de la vida
unge el cuerpo con sabor a sal y miel
y es libada por impulso irrefrenable.
Volad, mariposas, volad indomables
hasta el fin de la contienda amorosa,
que si bien tal justa no es luctuosa
la tornáis hermosa danza delectable.