Con curiosidad te ruego que fundas tu sueño
en mi fugaz mirada
dónde la brisa descubra nuestro aliento
y caminar desnudos por la calle del pecado.
Aunque sea un corazón,
desprende latidos a fuego puro, hoy
una caricia sobre mis dedos ansiosos
para desgarrar la tristeza y provocar intimidad.
Anoche...
la observé acurrucada en la penumbra,
mi alma, envuelta en palidez amarga
y olvidé el correr del tiempo...
anoche...
fue un escalofrío que recorrió mi piel.
la soledad puede ser un escalofrìo recorriendonos la piel.
un placer.
saludos