Alej�ndose de la barra, Rita dijo sutilmente� �Peete, un martini� y lo que desee el caballero�� �Whisky� solo� con hielo.� El camarero frunci� el ce�o, en evidente gesto de rechazo� ya era tarde y quer�a cerrar. La pareja se acomod� en uno de los butacones pr�ximos al escenario.

Los m�sicos tomaban la �ltima en la barra. Re�an y bromeaban sobre temas variados, mujeres, m�sicos, estilos, an�cdotas� Y al fondo de la sala observaban a la pareja. Rita charlaba amistosamente con su nuevo amigo� algo realmente normal en ella. Pero un brillo inusual iluminaba sus ojos.

��De que encargo me hablas?� Pregunt�, casi sin musitar palabra alguna, sus labios se mov�an hipn�ticamente y su mirada hablaba por ella� �l dio un sorbo a su Whisky y mir� al techo mientras se recostaba en el butac�n. �Deb�a zanjar una cuenta pendiente� y podr�a vivir� simplemente vivir.� Al cabo de unos segundos, continu�, �Sabes que lo hice por ti�ese despreciable ser acabar�a mat�ndote�� La conversaci�n tom� un rumbo inesperado� Sobresaltada mir� instintivamente a la barra� por suerte, pens�, todos segu�an bebiendo y riendo. El fugitivo prosegu�a con su oratoria �Mat�ndote� y mat�ndome� nunca nos perdon� Por otro lado, es totalmente comprensible� su amante y su �chico de confianza� se fueron con su dinero�. Rita se aproxim� m�s. Ahora sus cuerpos estaban unidos como la tela que formaba la gabardina del fugitivo. �Supongo que no habr� querido o�rte, Louis��, lo miraba fijamente. �Me tendi� una trampa� Incluso la polic�a, la polic�a que �l hab�a comprado, me esperaba en la puerta� al salir presuntamente libre.� Rita, con su silencio, pareci� sugerir que continuara con su relato� Dio una profunda calada a su cigarro y afirm�: �Debemos irnos� cuanto antes.� �Cre� que me dec�as que les hab�as dado esquinazo�� ��Tan tonto le crees? �Acaso piensas que me dejar�a ir as�? No quer�a el dinero, te quer�a a ti.� Lo miraba asustada, en realidad, miraba a todas partes� estaba nerviosa. ��Acaso no le devolviste el dinero?� �Hasta el �ltimo c�ntimo� Pero no le devolv� lo que m�s quer�a� su orgullo. Y por consiguiente, a ti...� Se hizo el silencio de repente, la sala volvi� a ser iluminada� esta vez no por las luces artificiales del antro, sino por los destellos de las balas al salir de su madriguera� Una docena de hombres entraron de improviso en el recinto, comenzando a disparar� todo cuanto se mov�a dejo de hacerlo para ser tan inerte como los taburetes y la barra del bar. En un r�pido gesto agarr� a Rita y se escabulleron tras los butacones� Rita estaba paralizada� su vista alcanzaba a ver a unos de sus m�sicos, que se sacud�a por un disparo en la yugular� se desangraba� Bruscamente volvi� a la sala, al sentir un tir�n en su brazo. Cuando lo mir�, vio que Louis ya ten�a cargada su arma� �No te muevas de aqu텔 susurr�. Agarr� un trozo de cristal que sali� despedido de la vidriera de la barra y contempl� el n�mero de visitantes, nada amables, pens�. Pudo contar siete� le faltaban cinco, pues vio entrar a doce. Se puso en pie� y camin� hacia el escenario, a escasos pasos de donde se encontraba� �Supongo que me querr�is vivo�� Las balas llov�an y salto tras la barra... �Supon�a mal� Joder.� Alcanz� a ver la pierna de uno de los 'visitantes' y dispar� a la rodilla� Un ag�nico grito apunt� que hab�a dado en el blanco.

�Me quer�is a mi� dejadle.� La voz de Rita son� rota. Los disparos cesaron� Louis segu�a oculto tras la barra y en silencio� un silencio de dolor.
Uno de los 'visitantes' hizo un gesto con la cabeza y dos de sus compinches se aproximaron a Rita y la sacaron fuera del local. Salieron escoltados por otros tres de sus compa�eros� por tanto en el local solo quedaban el que parec�a l�der del grupo y otro m�s�
�Sal� no te mataremos aqu� el jefe agradecer� matarte con sus propias manos.� El tono chirriante de la voz del �visitante� la hizo sonar, a su vez, burlona. Louis dej� su escondite tras la barra y se puso en pie. A medida que lo hac�a se percat� de que el visitante numero uno, as� bautiz� al l�der del grupo, lo esperaba con la puerta tras su espalda. El otro se coloc� junto a la puerta. Una sonrisa maliciosa retumb� en sus o�dos, el mat�n se jactaba de su suerte� recibir�a una suculenta recompensa por entregarle vivo. En ese momento Louis alcanz� con sus pasos el cuerpo de este. El individuo alarg� su brazo para agarrar su hom�nimo en el cuerpo de Louis� pero con un r�pido gesto, apart� el brazo y sacando el arma desde su escondite, bien sujeta en su espalda, bajo el pantal�n, asest� varios disparos a bocajarro al visitante� Al intentar reaccionar, hasta aquel entonces el mero espectador de la puerta, este s�lo pudo sacar el arma, recibiendo como recompensa un disparo en el pecho. Louis respir� aliviado, pero su coraz�n se encogi�, al salir por la puerta del local. Bajo la luz de la luna mortecina, por el amanecer, contempl� al final de la calle, como Rita estaba postrada a los pies de aquel tirano. Vio como sacaba la mano desde su espalda� acompa�o el movimiento del brazo hasta ver el enorme reloj de oro blanco incrustado de diamantes� y su revolver, hambriento de sangre� El estruendoso disparo son� al amanecer como el canto de sirena en el muelle e hizo volar a la bandada de p�jaros m�s madrugadora. La sangre le herv�a, ver a Rita inerte en el suelo era su peor castigo� Su gabardina flotaba en el aire, la brisa fresca de la ma�ana le golpeaba en el rostro mientras corr�a encolerizado hacia el tumulto� hacia Rita. Mientras daba grandes zancadas, veloces zancadas, sac� su m�gnum y comenz� a disparar� Tres de los �visitantes� cayeron abatidos por los disparos, pero dos de ellos reaccionaron a tiempo, escapando as� a las balas. Tyren, el ser que acab� de un balazo con sus ilusiones� su vida, continuaba en pie, observando atentamente el cauce que hab�an tomado las cosas. Louis dispar� a uno de los �visitantes� y lo alcanz� en un brazo� pero Louis percibi� violentamente la vida del color de la sangre� un disparo le alcanz� muy cerca del estomago� entrando por un costado. Hinc� la rodilla en el mojado asfalto. Con la mano izquierda, junto a su revolver, se apoyaba en �l� y con la mano derecha taponaba el orificio, evitando perder, en la medida de lo posible, demasiada sangre. La risotada de Tyren le hiri� en lo m�s profundo de su ser, pens� que ahora la herida no le dol�a tanto. La vista se le nublaba por momentos� todo le daba vueltas, pese a su intenci�n, perd�a sangre en demas�a. A duras penas alcanzaba a ver como Tyren se acercaba lentamente� lo ve�a como bailando; su imagen se mov�a de un lado a otro, como bailan los cuerpos vistos a trav�s de las llamas y el humo de una peque�a hoguera.
�Es ir�nico� hoy acudiste a mi, buscando la libertad, seg�n me dec�as.� Tyren hablaba orgulloso, su voz era grave, haciendo justicia a su f�sico� �Lo es, porque te la quer�a negar� pero definitivamente yo te la dar�.� Terminando de decir esto, Tyren preparo su arma� �Hazlo, pues lo que me hacia sentir libre yace en el �spero asfalto de la ciudad que oprim�a mi libertad�� Louis escup�a con sus palabras la poca vida que le quedaba. Y apretando el gatillo, Tyren otorg� a su victima lo que tanto ansiaba.

�Uno nunca es libre� hasta que muere.�

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2 Comentarios

• 

  Wass

  Realidad... ironía...
  Magnífico

  15/01/08 01:01

• 

  Crimenomilagro

  Amor, traición y violencia: tres temas que, literaturizados, siempre me fascinan. Excelente relato, Dani.

  18/01/08 12:01