Rojos, azules y verdes son las montañas,
los cielos anaranjados y estrellas púrpuras,
las nubes ondulan negras creando caos:
Es así un medio en fractalia,
cuando la vi ausente de todo.
Sus ojos contemplan algo delineado
en el espacio creado en errores,
de cabellos oscuros le arrastran al fuego,
fuegos que ascienden por sus formas
que la muestran tal ídolo andino.
El vestir de Gaia florece espeso,
dejándose caer hacia un lago inquieto
a los pies de las dunas amarillas
que ondulan tras lo verde del jardín
y, en su opuesto, roca agreste: duro pasar.
La luz irradia desde su faz,
tal faro en esta tormenta
oleosa...
de este paraíso en el plano onírico,
como iluminante de aqueste corazón sufriente,
que te idealizó entre golpe y pincel.