Sus ojos palidecen lentamente,
mientras se posa, en su lecho, suavemente.
Con sus alas abiertas y su aura brillando,
se pierde distante, sin tiempo ni espacio,
en su propio mundo girando despacio.
Parece tan frágil, el ángel que sueña
que en un castillo de cristal quisiera
esconderla para protegerla.
Allí esta ella
volando por los rincones de su mente,
explorando en su sueño
un nuevo horizonte,
allí esta, silente, el ángel durmiente.
La tierna muchacha descansa serena.
Es una dulce criatura
tan bella como una rosa,
y tan blanca como un jazmín.
Sus cabellos desplegados
son mágicos hilos de seda celestial
y su tez es tan bella
y radiante como la luna llena.
Allí esta ella, dormida en su lecho,
tan cerca de la vista, y a la vez tan lejos,
ella casi parece intangible, incorpórea
y es así más hermosa mágica y real.
Dulces sueños mi amada imposible.
Guardare silencio y tan solo en un verso,
diré que realmente te quiero,
pues no deseo perturbar tu fantástico sueño.
Deberias hacer como el principe del cuento de la Bella Durmiente, ir aal lado de su cama y darle un beso de amor ....el final lo pones t?
Un abrazo