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El Hombre que Se Descomponia En Palabras

El hombre que se descomponía en palabras se deshacía en cumplidos con casi todo el mundo. No sabia hacer la O con un canuto, pero para la O ya poseía su boca de perplejidad, una Y griega anudaba siempre su corbata, y la a y la b minúscula de sus ojos le daban la expresión de un mimo que no conocía el mundo.
El hombre que se descomponía en palabras se arrastraba pegado al suelo siguiendo los torpes pasos de su sombra.
El hombre que se descomponía en palabras, tenía una poesía hecha y trazada en su memoria para su musa y compañera. Una dulce niña que jamás lo había visto pasar. El se escondía detrás de alguna farola, a veces simulaba estar leyendo el mismo periódico en blanco de siempre, otras sin embargo fingía ser el aire que la despeinaba, y ese día se sentía el hombre más valiente del mundo al haberse atrevido a fingir estar cerca de ella.
…el amor, el amor le hacia toser vocales, y carraspear consonantes, y cada una de las veces que se dispuso a decir: “He escrito un poema para ti”, usaba la O de sus labios para pronunciar tan solo la H. Y así, su amor y corazón se desvanecían en el fondo de una hoja en blanco, y de la minúscula b de sus ojos tan solo podía llorar, y llorar, y llorar,…
Sentado en los escalones de su portal, su miedo ladraba a sus pies, jugueteando y mordisqueando sus zapatos. El le tiraba pedazos de antiguos temores que lo tenían entretenido durante un rato, y así, de sus temores se alimentaba el miedo.
Se juró alzarse de si mismo y adelantarse a su sombra. En su cabeza resonaban retales de viejos versos aprendidos en la escuela y olvidados mucho tiempo después.
Ella estaba a punto de cruzar de acera, y el la siguió. Empezó a correr, tanto que su miedo quedó atrás jadeando, no le importaba saber que por el camino se le estaban cayendo cosas, las paginas de aquel periódico en el que nunca acontecía nada, los consejos que sus padres le escribían en notitas que el iba guardando cuidadosamente en sus bolsillos, consejos como: “si no sabes que decir, mejor cállate”, el lápiz con el que se dibujaba una sonrisa cuando la lluvia emborronaba la O de sus labios, la goma Milán con la que borraba sus lagrimas y los puntos suspensivos que jamás lo llevaban a ninguna parte,…
Se le desataron los cordones, pero no le importó, se deshicieron a esa velocidad, primero la c, después la o, luego la r, más tarde la d, y así fueron desapareciendo todas las letras de sus cordones. Sus pasos eran tan firmes y decididos que el suelo temblaba con cada uno de ellos, haciendo que se desprendieran así las luces rojas y verdes de cada semáforo, torciendo cada una de las líneas de los pasos de cebras, desabrochando el sostén de las chicas que había en los carteles de los servicios de señoras, convirtiendo en uve doble, la eme del McDonald´s,…
Un autobús se cruzó entre los dos, y para cuando se apartó, ella ya no estaba. Cerró los ojos y se prometió que al contar tres, ella reaparecería. Contó uno, contó dos y contó tres. Abrió los ojos, pero ella no estaba allí, y entonces volvió a contar tres, y ella,…ella seguía sin estar ahí. Se temía lo peor, ellos no tardarían en llegar. “Tres,…tres,…Joder, ¡TRES!...”
“Demasiado tarde”- pensó-, “ya están aquí”.
Al mirar atrás, tres hombres encapuchados se acercaban levitando y empuñando afilados pilots negros en sus manos. Lo rodearon y comenzaron a dibujar negras lágrimas en su pálido rostro.
La piel de sus brazos, abdomen, y piernas se fueron agrietando formando las frases que no había podido llegar a pronunciar. Su cuerpo quedó tatuado con palabras, como, “te quiero”, “no se vivir sin ti”, “ven”, “estoy aquí”, “no me dejes solo”, su camisa empezó a convertirse en ceniza, y sobre su pecho podía leerse “dejadme en paz”
El hombre que se descomponía en palabras decidió no rendirse, y en un acto infinito de rebeldía logró zafarse de sus opresores: “¡Dejadme en paz!”-Gritó-. Al acabar de pronunciar estas palabras el tatuaje de su pecho desapareció como por arte de magia.
Y comenzó a correr más que nunca, ya no importaba nada, la prensa ya no decía nada, las páginas de los libros de las bibliotecas formaban un vórtice en torno a él, y les daban el poder de pronunciar cualquier cosa que se dispusiese a decir.
“Cuatro, cinco, seis, siete,…treinta,…cincuenta,…”
La bolsa cayó, las multinacionales, las grandes y pequeñas empresas estaban descontroladas, pues pronunció con tanta rabia cada cifra que dejó al mundo sin números, y los viejos sabios, matemáticos y científicos del lugar, se hundieron en una profunda depresión de la que solo podían salir contando frutas, árboles, o anécdotas.
Cuando el hombre que se descomponía en palabras acabó de pronunciar el último numero, que por cierto, él dio con él. Contó todas las cosas incontables.
Y cuando ya no quedaba nada más en el mundo, la vio frente a él. La había buscado tanto, que en el camino perdió también la b de su búsqueda. Se acercó a ella, y ella lo miró con ojos dulces. Ella sacó un bolígrafo de su carpeta y dibujó una tierna sonrisa en sus labios. El sonrió, y como había perdido la b en su búsqueda, no pudo hacer otra cosa sino vesarla.

“Hay algo que quisiera contarte…”- dijo él-, y conforme iva havlando, su piel iva quedando vlanca como las nuves de la primavera. Un lienzo a ser estrenado de caricias, vesos, y más vesos.




Debenetash24 de septiembre de 2010

11 Comentarios

  • Serge

    Debenetash:
    La piel de sus brazos, abdomen, y piernas se fueron agrietando formando las frases que no había podido llegar a pronunciar. Su cuerpo quedó tatuado con palabras, como, “te quiero”, “no se vivir sin ti”, “ven”, “estoy aquí”, “no me dejes solo”, su camisa empezó a convertirse en ceniza, y sobre su pecho podía leerse “dejadme en paz”.

    Amigo me encanto tu escrito he sentido como poco a poco se han ido cayendo las letras de mi emoción y en mi corazón se ha dibujado una sonrisa de palabras.
    Yo no he perdido la b, por eso puedo decir que tu texto es muy BUENO.

    Sergio.

    24/09/10 11:09

  • Debenetash

    SERGE: Agradezco mucho tu comentario. La idea de este relato empezo siendo para un dibujo, y al final mira como ha acabado, es divertido jugar a dibujar los textos, un abrazo.

    25/09/10 01:09

  • Debenetash

    SIN0TE: Gracias por el comentario, y sobre todo por la sinceridad, que siempre viene fenomenal. ¿Pasó intangible? jejeje, he leido tu presentacion, que bien hablas joder. Un abrazo.

    25/09/10 03:09

  • Nigth14

    debo decirte una cosa primordial: la primera no me gusta alagar tanto a la gente, porque luego se crean ínfulas de gran cosa y tienden a cambiar su forma de escribir para volverla "más leíble = basura".

    sin embargo contigo haré la excepción amigo mío; si fuese capaz de decirte como ha calado en mí este texto, te apuesto que las letras se fuesen desgastando una a una; no sabes cuanto entiendo a tu personaje, y cuanto me he identificado con cada una de tus palabras, con cada una de tus oraciones, con cada una de las imágenes que poco a poco fuiste creando dentro de tu mente y que plasmaste acá. Una creación extraordinaria, sinceramente extraordinaria, genial, poética, una creación orgásmica llena de frases profundas e imaginaciones desenfrenadas!!!

    me encantó, ha sido uno de los pocos textos que he leído acá desde hace dos años, que crea en mí un vórtice de emociones y sensaciones como las que me creó tu obra hace pocos segundos.

    magnífica....eso es lo que puedo decir!!

    me lo llevo directo a favoritos, y créeme que la leeré más de una vez!!

    saludos y un fuerte abrazo!!






    P.D: dudo que todo el mundo entienda exactamente las metáforas que acá utilizas, pero no te preocupes que por lo menos ya tienes una persona que las entendió perfectamente. jejeje

    26/09/10 08:09

  • Norah

    Cuando el hombre que se descomponía en palabras acabó de pronunciar el último numero, que por cierto, él dio con él. Contó todas las cosas incontables.
    Juego y una antigua sabiduría se desprende de este escroto, no se porque pensé en el Golem, y no me digas que no lo conoces haha, saludos.



    26/09/10 06:09

  • Mary

    Me encanta esta historia. No se como lo haces pero cada uno de los
    personajes de tus escritos me parecen muy especiales, como que
    les cojo cariño nada mas conocerlos.
    Cada descomposicion de tus palabras en un papel es un gozo para mis
    sentidos. No te imaginas lo agradable que me resulta leerte.

    Un besazo!

    26/09/10 09:09

  • Debenetash

    NIGHT14: Qué decirte??, me alegro de que te guste, pero siempre me da la impresión de que exageras demasiado, no creo que sea para tanto, aun asi, gracias.

    27/09/10 12:09

  • Debenetash

    NORAH: Donde dices escroto, supongo que querias decir escrito, de donde yo soy escroto es algo bien distinto, jejej. Golem, ni me suena, supongo que será un escritor, ahora busco en google a ver porque pensaste en el. Gracias.

    27/09/10 12:09

  • Debenetash

    MARY: Cada comentario tuyo hace que quiera seguir escribiendo, creo que eres la principal razón de que cuelgue aquí mis textos. Mil gracias Mary, y un besazo.

    27/09/10 12:09

  • Mary

    Nunca dejaria de leerte, eso lo sabes. Y gracias por estar aqui, eres
    de lo mejor que hay en esta pagina.
    Mil besoss pa ti y buenas noches!

    27/09/10 02:09

  • Tfnmad

    Bravo. Preciosa manera la tuya de desgranar palabras en letras, y de tratar cada una de esas letras por separado y en conjunto. Hasta los puntos suspensivos :)

    17/04/11 12:04

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