Hoy la muerte deambula por mi habitación; lose porque puedo respirar la oscuridad que emana de sus ojos, va dibujando cruces en el suelo, que señalan la caída de almas a su paso. Puedo sentir como su preciso levitar, conoce la hora exacta de cada ser, que cree estar lejano a su recorrido.
Precisamente hoy, las ventanas están cerradas y puedo escuchar como el eco de voces desconocidas retumba, tratando de mostrarme una salida inexistente.
Frente a mí, solo esta todo lo que siempre ha estado frente a mí, mientras este instante se alarga, desafiando las barreras del tiempo, mi vida se acorta al momento de derramar mi alma sobre estas líneas, que solo trazan el suspiro que congelo ese segundo.
Hoy la muerte visito mi habitación; sus ojos no me veían, pero el simple espectro de su presencia basto para recordarme que vivo gracias a ella.
La realidad son instantes que nos recuerdan que nada esta en nuestras manos
Armando Alarcón García.