Me despido del pasado, de los sueños destrozados
del murmullo de mi sombra que al presente había cayado
he fallado
mas de un millón de veces
pero ya estoy cansado de vivir un martes trece
Pereces
y no es cuestión de suerte
los segundos van marchando y nos son indiferentes
dependes
de los caudales de la vida
que te llevan a la entrada pero nunca a la salida
Cautiva espera el alma
encerrada en nuestro cuerpo
aun no conoce el alba
mucho menos el silencio
aguarda encarcelada
entre los brazos del tiempo
sin ninguna pincelada
que ilumine los momentos
Es cierto
el futuro es incierto pero escapan los minutos,
y no podemos verlos
no podemos detenernos a mirarlos pasar
lo que empieza acaba y eso no va a variar.
no hay mas
que mirar hacia delante
guardar en la maleta
los sucesos importantes, vivir a cada instante
guiado por el pasado
si has caído recuerda como te has levantado.
Llorar
purifica el alma
siente cada sonrisa
en la brisa de la mañana
la prisa realentiza
las ganas de disfrutar
vive al ritmo de la vida
sin acelerar, ni parar
que mas
lo sueños nos impulsan
ignora las miradas que sin mirarte te acusan
reusa a las personas que te atacan
a quien nunca de la cara tu mejor dale la espalda
avanza
sin miedo al destino
que el pasado y el presente dibujaran tu camino
erguido
observa el horizonte
que detrás de las montañas
tu porvenir se esconde