Hoy estoy lejos, tan lejos de mí. Que podría no volver nunca; podría cerrar los ojos y ver lo que tú ni siquiera puedes imaginar, podría visualizar ese sitio donde a cada paso se dibujen nuevas formas, siempre la siguiente más extraña que la anterior.
Podría estar en ese sitio de contrastes donde el plateado se torne infinito, sería como ver al viento trazando espirales sobre un fondo negro, sería como sumergirse en una lluvia de estrellas alumbrado por una brisa refrescante.
Podrían ser tantas cosas; podría ser solo yo perdido en la belleza de lo increíble, pero esta noche vuelvo y dibujo ante tus ojos un trozo de lejanía.
Hoy ves lo que yo vi y eso es lo que importa.
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Estoy en silencio. Mientras mis ideas giran en torno al vacio, creando formas que solo se ven una vez en la vida; creando, para perpetuar la fugacidad de lo que jamás volverá a ocurrir.
Estoy aquí y allá. Siempre a solo un paso de lo que busco, tan cerca; que puedo ver nítidamente lo que jamás llegare a entender.
Estoy tan solo. Tan solo, que hasta el silencio me habla, me seduce con suaves y profundas palabras. Haciéndome saber que jamás sabré lo que es estar solo.
¿Somos?
