El miedo es como las personas, que aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes, como pueden serlo todas las personas del mundo:
Hay miedos tan simples como desnudarse ante una persona que no conoces.
Miedo por algún motivo, a tatuarnos.
Miedo de abrirse para que no te destruyan en un futuro.
Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo.
Hay miedos hechos de inseguridades.
Miedo a quedarnos atrás.
Miedo a no ser lo que soñamos.
A no dar la talla.
Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser.
Hay miedos que nos va dejando la conciencia: el miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás o de errores que cometimos en un pasado.
Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido.
Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca, como aquel abuelo que murió cuando tenías diez años y no pudiste despedirte de él.
Como ese miedo que te sopla en la nuca y te deja sin sangre al tomar ciertas decisiones como la de apartar ciertas personas que no hacen bien en tu vida.
No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo domine tu vida porque entonces no tendrás vida, solo miedo.
Ayer sin ir más lejos escuché una frase de un señor por la televisión que decía así "La felicidad es la ausencia del miedo" y me he dado cuenta que últimamente no tengo miedo, últimamente empiezo a sentir la felicidad, a veces para encontrar la felicidad tenemos que centrarnos y esforzarnos en ser como nos gustaría ser y no como se supone que deberíamos ser.
Muy buen texto, muy bien explicado, el miedo siempre está, superamos unos y llegan otros. Hay mucha verdad en esa frase:"La felicidad es la ausencia de miedo."
Un saludo Deshonrado.
