Mis momentos se llenan de palabras que no deseo plasmar en tiempos extraños, pero al mismo tiempo se me hace insoportabe la inacción de no escribir, y termino haciendolo con una furia y una vehemencia que me agota el alma. Un torbellino iracundo de imagenes me invade, deja mis manos tiesas sobre el enorme espacio blanco, y de pronto, como una gran tormenta de la nada, se aremolinan mis emociones en la hoja ante mis ojos llenos de asombro y vigor, como si de otro ser se tratara, y ya todo estuviera ahí, algo sucede desde un lugar donde el mundo esta lleno. Palabras fuera de mis sentidos, de una inquietud incómoda, ideas que se mezclan con la ansiedad en un mundo cada vez mas delirante.
Nubes de colores inimaginables anticipan siempre una ola de caos sin igual, se disparan todas las palabras, y un estado presente invade mi cuerpo, un cuerpo que luego cae en abandono, en mundos ajenos a la piel, un mundo invadido por la pasión y que aleja toda posibilidad de que un cuerpo lo tolere.
"Cuando dejo de escribir, siento golpes en el pecho todo el tiempo...pero cuando escribo, una tormenta se lleva mi cuerpo... y temino siempre cayendo fuera del mundo"
