Con un andar ingravido y la parsimonia de una dimensión desconocida, sus ojos se esconden en lo que queda del dia. Su mirada se hunde entre su sombra y su craneo. Sombras temblorosas casi inertes, sombras mudas sobre paredes de muerte dibujando el dolor a cada paso; bajo una soledad atemporal que desgarra el alma.
Detras; los abismos y el caos, y todos los silencios juntos, mientras el vacio se agolpa atrapando los cuerpos silenciosos, cuerpos mudos, con la piel palideciendo bajo un manto sin cielo sin estrellas sin futuro, sin nada.
Desiertos de ruinas humeantes, con restos de vidas por doquier, no exite dirección alguna, ni destino posible, solo historias inesperadas, tragedias a cada paso que nunca sabran que les sucedió, almas inmersas en un olor que carcome el estomago, aumentando una fétida vivencia cruel.
Deambular sin importar lo que queda de aquel lugar, solo con los pies en una inercia confusa, pies arrastrados por su alma, un alma que acicala el desconcierto, un alma que trata de ergir el espiritu, en un cuerpo confuso, y agotado de tanto llorar.
Todo es ruinas y desolación, ya no existe nada sobre la tierra arrasada bajo sus pies, una tierra donde la paz reinaba hasta hace un suspiro de tiempo atras; el anciano solo camina sin rumbo, ya no tiene a donde ir, ni tampoco tendrá un mañana.
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"Solo es un anciano, que en el dia de hoy, deambulaba por las calles de una ciudad Ucrania, luego de un salvaje bombardeo ruso sobre su ciudad...no sabe ya donde esta, ni tiene la menor idea hacia donde ir...solo caminaba."
La guerra, el verdadero estado del hombre.
Todavía hay almas que la entienden aunque no la padezcan.