Polaris
Sé de lo que hablas, yo ni siquiera puedo besarla, sólo mirar a través de una ventanilla y llorar mientras me alejo y dejo de verla cuando llego al arrollo de las Huérfanas, allí el retrovisor se despide de ella y al mirar al oeste, bajo unos molinos de viento veo transcurrir mi infancia, la nostalgia del nacimiento de mi padre y madre para cuando llego al alto de cuatro calzadas tener que olvidarme y enfrentarme a un mar de kilómetros que me llevan al mar cuya sal seca corroe mis entrañas hasta hacerme enloquecer.
Dichosa tú que lo has besado y que puedes despedirte con un beso.
Me gusta mucho como escribes.
Pol.
26/01/19 07:01