Como Hace 40.000 Años
Los joisán (o khoisán como los nombran otros) es una tribu antiquísima que vive en África: se compone de dos subfamilias (los hadzabe del lago Eyasi de Tanzania, y los san del desierto de Kalahari en Botswana).
El lago Eyasi de Tanzania (donde viven los hadzabe joisán) está situado en la desembocadura del río Wembare y entre las ciudades de Shinyanga y Mbulu, cerca del volcán Ngorongoro y al lado del célebre yacimiento de fósiles humanos conocido con el nombre de Olduvai.
El desierto de Kalahari de Botswana (donde viven los san joisán) es una larga extensión de terreno en cuyo límite sureño discurre el río Molopo y está situado entre las cuencas del Zambeze y del Orange, en el suroeste del país.
Los joisán, en general, son malamente conocidos con el nombre más popular (pero inexacto) de bosquimanos y es un pueblo nómada que vive de la caza y la recolección de frutos y semillas.
Los joisán mantienen su existencia como pueblos cazadores-recolectores y conservan las lenguas más antiguas de la humnaidad. Si se les visita se ven escenas diarias que son las que realizaban los seres humanos de hace 40.000 años.
Estos joisán cada vez se ven en mayores apuros para seguir viviendo con sus ancestrales costumbres de vida porque los hadzabe reciben la presión agobiante de otros pueblos agricultores y ganaderos más modernizados y los san están siendo desalojados por parte de la grandes empresas que buscan materias primas. Pero se puede afirmar que ambos grupos son los únicos ejemplos de Homo sapiens que siguen vivos en la actualidad.
En Tanzania sólo quedan ya 400 hadzabe que viven en pequeños grupos nómadas distribuidos por el área más deprimida y árida del lago Eyasi y sólo gracias al esfuerzo de diversas organizaciones públicas y privadas se ha conseguido que puedan adentrarse de nuevo en el área de conservación de Ngorongoro.
Sin embargo, en Botswana, la situación de los san del desierto de Kalahari es mucho más compleja; porque en los años 90 del pasado siglo XX todos sus grupos fueron confinados en asentamientos donde languidecen lejos de sus costumbres ancestrales. Aquí las organizaciones humanitarias que luchan por su liberación han tenido muy poco éxto y sólo han logrado que se les confine en ranchos privados donde están recuperando, un poco, su forma de vida tradicioal.
Los hadzabe son una etnia prácticamente desconocida por la población mundial y en su territorio existen gigantescos y antediluvianos baobabs en la Gran Falla del Rift (es un éxito que se les halla nominado Patrimonio de la Humanidad). Los hadzabe se protegen de las inclemencias del tiempo en abrigos y cuevas naturales, se calientan en torno a pequeños fuegos y, sentados sobre pieles curtidas de kulu (una especie de antílope africano), fabrican flechas (algunas con veneno en sus puntas) con plumas de gallinas de guinea y las cuerdas de sus arcos están hechas con filamentos de tendones de antílopes, palos cavadores de acacia y otros materiales de su entorno geográfico. Sin importarles la presencia de visitantes blancos ellos salen cuando desean a cazar.
Además de todo ello suelen alimentarse también con miel de colmenas silvestres, resinas de los árboles, semilas de los frutos de los baobabs o pequeñas bayas.
Su más mortal enemigo es la temible serpiente venenosa conocida como mamba negra (serpiente de gran tamaño, que llega a medir 3 metros de longitud, que es muy venenosa, se caracteriza por tener una maxilar alargado y forma parte de la familia de los elápidos).
Estos hadzabe joisán sólo cazan y recolectan lo que van a comer ese día (no almacenan nada). Una extraña idea para el resto de los humanos de este planeta. Y es que estamos hablando del pueblo más antiguo que existe en la Tierra, estamos hablando de humanos que viven como vivían nuestros ancestros hace 40.000 años, estamos hablando, ni más ni menos, de humanos que viven como vivían los homos sapiens del Paleolítico (antes de la revolución agrícola que desarrolló la agricultura).
