- La ignorancia no la puedo soportar, Juan.
- Cuando nos aferramos a la verdad no hay hueco para ella, Greta.
- ¿Y cómo podemos escapar de sus redes?
- Buscando eso que se llama amor.
- ¿Amor es saber compartir?
- Eso es. Por ejemplo regalar una rosa sin beso a cambio.
- Me convence esa bondad.
- Es mejor no cargarnos de demasiadas razones.
- ¿Y cómo quieres que no te quieras si eres así de noble?
- No me protejas tanto...
- Pero no te voy a dejar que sufras más...
- Dime cuál es entonces el camino que deseas.
- Vivir contigo para siempre.
- ¿Y si mi amor no te es suficiente?
- Es imposible. Es tan grande que no tiene límites.
- Si nos amamos es verdad.
- Haz siempre que te siga descubriendo.
- En el ayer era el mismo.
- ¿Y crees acaso que no lo sabía?
- Nunca tuve miedo de no encontrarte.
- ¿A pesar de que sólo eres humano?
- Debo decirte una verdad...
- ¿Que me habías visto muchas veces?
- ¿También sabías tú eso?
- Sí. Disfrutaba viendo cómo me buscabas.
- Siempre te estuve soñando.
- Para no compartirme con nadie más.
- ¿Tú a eso lo llamas egoísmo?
- Yo a eso lo llamo fidelidad.
- ¿Te has dado cuenta de que fidelidad empieza con la efe de la fe?
- Sí. Por eso tus gritos de silencio los supe siempre escuchar.
- Lo hacía para no sufrir.
- ¿Algún desengaño tal vez?
- Alguna decepción que otra nada más.
- Me gustas porque eres valiente.
- ¿Valiente por haberte soñado siempre?
- Sí. Muy pocos hombres son así.
- Pues a pesar de todo fue siempre hermoso.
- ¿Incluída la soledad?
- La soledad hizo crecer a mi espíritu.
- Hasta que lograste llegar...
- Sólo consistió en seguir tus huellas...
- ¿Sobre la arena del mar?
- Pero cantando poemas...
- ¿Qué cantabas de verdad?
- Esencia eres princesa pero esencia de la verdad.
- ¿Y cómo terminaba?
- Contigo no tengo edad.
- ¿Qué son las edades del tiempo?
- Para una mujer como tú solamente algo eterno.
- ¿Juventud?
- Juventud en una estancia.
- Supongo que en nuestra alcoba.
- Las de las demás no me interesan.
- Y te encontré esperando...
- Yo vagaba bajo las estrellas.
- ¿Y ellas te hablaban de mí?
- Sí. A través de la cercanía de mis sentimientos.
- Es propio de tu naturaleza...
- Eso es, Greta, eso es.
- Juan... ¿dónde viven los deseos?...
- En la sed, Greta, en la sed.
- ¿En la sed de los caminos?
- En la sed de la verdad.
- Tú eres mi eternidad.
Diálogo por el que me he deslizado con gustp. Texto hermoso.
Carlos