Hay duendes por acá
que mueven las letras caprichosas
a las risas las llaman rosas
y al mar lo nombra amar.
En sus juegos de azar
los duendes cambian las cosas
y sus ideas jacarandosas
son traslados en el hablar.
Duendecillos que en tustextos
ponen flores a los tiestos
con sus formas de azafrán.
Duendecillos predispuestos
a cambiar todo lo puesto
con su mágico afán.
(A los duendes de la Dama)