Los múltiples seres del idioma como primeros atisbos de paráfrasis heroicas; caracteres y ambientes de poemáticas sustancias. Comienzos de una nueva comedia humana en la voz de los eternos mitos de la evasión de los horizontes. Eres tú, musa introductora, mi espejo de escritura emuladora de los anónimos escenógrafos del sentimiento, de las dudas, de las angustias y del placer. Mitógrafo espejo de la alusión realista y universal del teatro de la vida. Eres tú ensayo de lo no olvidado; esa explosión de voces procedentes de las tierras originarias de lo humano. La literatura como epopeya de la energía cinética, de la esencia del robinsonismo, de la alegría y del penar, de la frustración y de las realizaciones personales, de las plurales locuras de mis viajes internos, de los filósofos no encubiertos que existen siempre en la génesis de mis textos. Un desarrollo de arte narrativo es tu silueta de labores multiformes y el viaje sentimental a todo lo otónimo de las odiseas revolucionarias de este escribir como ejercicio de vida y temperamento. Un expresionismo del género humanístico es tu aurora de la era de miles de testimonios de mi talento que no está oculto, que no se esconde porque es la penúltima hora de la tarde en un día reflejado en las voces de tu silencio. Sensaciones de saber que estoy existiendo. Y soy quien soy porque en mis palabras anida toda mi verdad.

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