Gira y gira la veleta veleidosa
al vaivén de los vientos de la vida
y cambian los sentidos de la traída
experiencia madura o vanidosa.
La veleta se transforma en rosa
abierta a la musa distraída
y se vuelve manera contraída
en época de angustia primorosa.
La veleta sigue y sigue tendenciosa
a cambiar la forma definida
por el tiempo y su palabra contenida.
Y es la veleta una etérea cosa
que une su verbo a la extendida
posición de la meta perseguida.
El soneto es algo que nunca he sabido hacer. Leeré este mil veces para poder aprender la técnica de hacerlo...o mejor todavía.
Me dás unas pequeñas clases para entender su técnica.
¿A que si?.
Un besote.