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Para que Abundéis En Esperanza (por Omar Daldi).

"Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor y dormirás seguro" (Job 11:18). "Y en su nombre esperará los gentiles" (Mateo 12:21)."¿Qué clase de esperanza es la que debemos tener?".

Una fotografía del programa televisivo "Aunque usted no lo crea" mostraba a una higuera que crecía en medio de una tumba. El árbol dividía la gran piedra colocada en la parte superior del sarcófago en tres trozos, y empujaba las paredes con la fuerza de su crecimiento. La tumba se encuentra en el terreno de una iglesia de Inglaterra, y pertenece a un oficial de la marina, cuyos últimos deseos fueron que se le enterrara con un higo en sus manos. La esperanza de vida de ese higo se aferró a esa mano muerta, y rompió la tumba.

La fe y la esperanza pueden darnos fuerzas capaces de superar toda clase de obstáculos, por terribles y grandes que nos parezcan.

Todos, de una forma u otra, debemos pasar por tiempos en los que la tormenta ataca a nuestra embarcación. Todos atravesamos dificultades y problemas, aun muchos de los que ríen y son económicamente prósperos. Cierto es que los que vivimos en la tierra llevamos la carga de alguna clase de dolor o sufrimiento.

Mi pregunta es ¿cómo unos pueden reponerse y volar sobre la tormenta como un águila para encontrar las soluciones, mientras que otros se abandonan en el mundo de la creencia errónea de las imposibilidades?

Entiendo que la respuesta está en la actitud que tienen frente a los desafíos. Cómo responden ante las demandas, qué lugar ocupan en su vida las promesas del Señor y dónde han puesto su esperanza. Estoy persuadido de que si le creemos al Señor Sus promesas, nuestras actitudes cambiarán, y como resultado, nuestra vida será transformada.

Creo que básicamente el mensaje de Jesús tenía dos cualidades que no podemos olvidar hoy en día: "Buenas nuevas y esperanza".

El primer mensaje de Jesús que Lucas escribe, está colmado de esperanza y buenas noticias. De hecho, estaba el Señor Jesús leyendo al profeta Isaías, describiendo el propósito de Su unción y estableciendo para Sus oyentes y seguidores la base de esperanza, salud y vida, cuando sorpresivamente se detuvo al concluir las palabras: "A predicar el año agradable del Señor". La razón por la que pienso que "los ojos de todos estaban fijos en él" es que no pronunció: "y el día de la venganza del Dios nuestro" palabras que todos los que estaban reunidos en esa sinagoga esperaban que dijese.

¿Qué clase de esperanza es la que debemos tener? No me refiero a la esperanza que las cosas mejorarán por sí solas, algo basado en una fantasía mental que piensa que de la noche a la mañana la "buena suerte" nos acompañará. No, a eso no me refiero.

Estoy hablando de la esperanza que nace como respuesta de Dios al desaliento y caos humano, estoy hablando precisamente de lo que florece de una relación cercana y personal con el Dios del Universo.

Solo Él (y se lo entregó a sus hijos), posee el mensaje y el poder para transformar el mundo. Solo Jesús puede y quiere hacer reír al hombre y darle un sentido profundo de vida. Es un mensaje cargado de esperanza, de fe, de optimismo.

Durante Su ministerio terrenal entregó respuestas al ser humano, pues dijo: "Tus pecados te son perdonados", "No llores", "Bienaventurados", "Eres libre", "Tu fe te ha salvado", "Vete en paz", "Desatadle y dejadle ir", y mucho más.

La buena noticia es que todavía lo sigue haciendo, su poder no ha cambiado, cualquiera que sea la circunstancia, problema, oscuridad que debamos atravesar, Jesús está listo para actuar, ayudarnos, socorrernos, sanarnos. Eso es esperanza basada en un Dios de toda esperanza.

(Escrito por Omar Daldi, Pastor cristiano).
Diesel11 de abril de 2012

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