Querida María, soy tu niña del pasado, aquella con 3 y 4 añitos, vengo a recordarte quién eras antes de adentrarte en esa sociedad de prejuicios y exigencias. ¿Recuerdas tus sonrisas a cada segundo? ¿Recuerdas cómo insistías en aquello que querías hasta conseguirlo? No te olvides de esa niña pequeña, eres la misma, solo que con unos cuantos años de más y algunos temas de más obligación.
Pero recuérdate, no hace falta que lo hagas 24/7, tan solo para que entiendas que en la vida no son necesarias grandes cosas para ser feliz. Sino recuerda, con qué poco sonreías, con qué poco eras feliz, que si unos juguetes y unas historias que contar para entretenerte.
Esa niña sigue contigo, te está pidiendo a gritos volver, porque sabe que con ella serás feliz plenamente, porque ella no entiende de juicios, de esto está bien o mal, ella solo hace lo que siente, como le sale y eso es lo que tienes que hacer. Lánzate a la piscina como lo haría yo María, sin miedo, como si no supieras de consecuencias ni tuvieras noción del tiempo.
Pero sobretodo recuerda como vivías el presente, como te daba igual que mañana fuera Lunes o Domingo, porque estabas tan presente en el ahora que no tenías tiempo para andar con preocupaciones tontas. En aquel entonces tu mente no estaba tan desarrollada, al contrario que tu corazón, ahora es al revés y por eso sufres más, pero recuerda que esa niña siempre estará viva en ti y puedes volver a ella cuando quieras, que yo te espero aquí.