Solo toca escapar cuando estás ensordecido por el ruido de tus contemporáneos y no te queda otra, si no quieres convertirte en paja inflamable con vocación de ceniza. Entonces te das a la fuga. Dejas atrás catequesis, sermones, prohibiciones y la cohorte insufrible de pelmas, predicadores, parlanchines, petulantes y puritanos que emponzoñan los días de cualquier ser humano que reniegue de ser rebaño.
Sigue andando en: https://bit.ly/3Peov9P