Cierra las puertas, corre las cortinas,
esconde tu vergüenza, siéntete como deberías.
Enciendes las lámparas mirando a tu alrededor de manera infame,
fría y calculadora porque tienes las benditas matemáticas.
Las plantas marchitas privadas de lo que necesitan,
de lo que te sobra y malgastas;
absorbiendo tu apatía hacia todo lo que te rodea.
Los números, números son lo único que te importan.
La vida danzando a tus pies,
llorando lástima,
exigiendo la liberes de tu caprichoso dominio.
Te crees tan especial con tus razonamientos.
Cierra las puertas, corre las cortinas,
esconde tu vergüenza, siéntete como deberías.
Enciendes las lámparas mirando a tu alrededor indignado.
¡Indignado!
Porque una gota de tu sangre a corrompido el piso de esta trágica escena.
