Le verán caminar con valor en la mirada
atravesando los pasillos en busca de su alma.
Le verán dormir con los ojos bien abiertos
pero soñará de pié. Soñará por dentro.
Lo verán, y les advierto, es una buena persona
pero nadie sabe lo que en su mente se forma.
Podrá parecer que no rompe ni un plato
y de buenas a primeras destruye tus pasos.
No lo miren a los ojos, son su arma más mortal
pues en ellos se encuentra un poder majestual.
Su mirada penetra y se graba en tu alma
y en ese momento creerás que le amas.
Cuidado con su piel, suave y agresiva.
Un dulce placer, al gusto una delicia.
Cuidado con los roces de esa mortífera tela
porque con el simple contacto sentirás que te quema.
No toquen sus manos, los puede hacer caer
y como si fuese la misma vida, se aferrarán a él.
Sus caricias lastiman al más fuerte ser
y cuando lo necesiten, refugio no es.
No guardes en su pecho todas tus esperanzas
porque sin darse cuenta con ellas acaba.
No mantengas a sus pies tu dignidad humana
porque como deidad, sin piedad la mata.
Cuidado con sus labios, por más bellos que sean,
si en ellos te pierdes dudo que vuelvas.
Esa linda boca, como de seguro piensas,
es la gloria, y a su vez, una muerte directa.
Le verán caminar hundido en el silencio
pero con atención notarán la música en sus adentros.
Le verán día y noche, víctima del miedo
y lo querrán proteger, pero de ello no hay regreso.
